¡Buenas! Tal y como os prometí, os voy a contar como han
sido estos días de comienzo de Residencia. El día 20, quedamos mis compañeras y
yo para firmar el contrato. Llegamos al despacho de nuestra coordinadora y nos
acompañó hasta RRHH. Podía haber firmado perfectamente mi sentencia de muerte
que no leí nada xD me fiaba, ¡como para no después de tanto sufrimiento! Según lo
hacía, pensaba: ‘’ahora sí que si’’. Nos dio la cita para el reconocimiento
médico (obligatorio of course), una lista con los cursos que íbamos a ir
teniendo y las fechas… y entramos en la Unidad de Acogida. El nombre me pareció
cuanto menos que gracioso, nos acogen como si fuéramos perrillos jaja. Allí nos
dieron la tarjeta de identificación, papeleos varios, nos hicieron una foto de
rigor… fuimos a los vestuarios, ya con nuestra llave de la taquilla en mano; y
nos contó cómo funcionaban las máquinas para sacar el uniforme (muy moderno
todo). La verdad es que, en ese sentido, me he sentido muy arropada. A todos
nos gusta que cuando empiezas en un sitio nuevo, te expliquen las cosas, porque
ya bastante incertidumbre tienes como para buscarte tú sola las castañas. En
ese sentido, chapó por mi hospital.
Nos acompañó a paritorio para enseñarnos las instalaciones y
ya de paso presentarnos a las matronas que había en ese momento. Nuestras caras
debían ser un poema porque nos dijeron que estábamos asustadas (como para no :P)
yo ya lo conocía por mis prácticas como enfermera, aunque por las urgencias obstétricas-ginecológicas
y la sala de monitores no había pisado.
Jueves. 22 de mayo. Primer día de trabajo. Esa noche no dormí
apenas. Entre que ya me había acostumbrado a trasnochar y que yo me pongo
nerviosa de por si no pegué ojo. Pero qué curioso, me levanté a las 6 y media
como un cohete. Sin sueño. Con nervios. Mientras me acercaba a la puerta del
hospi, mis R1 y yo sonreíamos sin hacer falta decirnos nada.
Entramos al vestuario, nos pusimos el uniforme, los zuecos y
ale con el pijama de nuevo. Me transporté entonces a mi época de estudiante. ¡Han
pasado dos años y menudos dos años! Soy la misma persona pero más madura. Y es
que el hecho de no haber podido finalmente trabajar, la realización como
persona por tener que tomar una decisión importante y el aprendizaje como
estudiante EIR, han hecho que valore aún más las cosas. Era consciente de que
era una privilegiada y tenía en mente disfrutar cada sg como si fuera el último.
Y ya con esta guisa nos dirigimos a paritorio donde nos esperaba la supervisora.
Presentaciones varias, nos repartimos y yo me pasé la mañana en monitores. Me
encantó ese primer contacto con las mamis. Pensaba que sería una mañana de mera
observadora pero ni mucho menos. Tuve la gran suerte de estar con una matrona
encantadora, a la cual la preguntaba todo lo que venía por la cabeza pero sin
abrasarla. Nos van a dar teoría en breve así que no quería ser muy pesada. Me dejó
hacer las famosas maniobras de Leopold. Yo que lo veía como algo complicadillo,
no lo es ni mucho menos, aunque requiere práctica lógicamente para no confundir
la cabecita con las nalgas o para saber si está dorso-dcho o dorso-izdo. Busqué
la FCF y hasta la matrona me dijo que lo encontraba mejor que ella (no sabéis
la ilusión que me hizo oír eso aunque sea lógicamente mentira jaja). Tomé
tensiones, registré a las mamás que venían, me enseñó el programa de ordenador
e incluso me dejó utilizarlo para mirar analíticas y preparar las historias
para el día siguiente. Tienen un programa de ordenador que calcula la FPP a
partir de la FUR, ¡y yo que pensaba que me iba a volver loca con la ruletilla!
Cuando las mamis terminaban en registros iban a la consulta
de la Resi de Gine junto con nosotras también. La R2, majísima por cierto, me
dejo hacer mi primer tacto porque dijo que era muy fácil de ver y así era el
caso. Vi, entonces, mis primeras ECOS, aunque yo no distinguía nada,
sinceramente xD.
Viernes. 23 de mayo. Para no repetir, rotamos, y yo me quedé
en paritorio, junto con una de mis Resis mayores prácticamente toda la mañana. Estuve
presente en dos partos además de estar en la sala anexa al Qx tras dos cesáreas.
En el primero, la pobre mujer no podía tener más desgarro… Yo me preguntaba que
si realmente algún día sabría coser aquello, me parece todo igual :S pero si,
nos han asegurado que sabremos y que la textura, el color… es diferente. Cuestión
de práctica, como todo en esta profesión. Poco a poco me iba enterando de cosas,
pequeños detalles de un mundo tan complejo…sabía que me iba a costar hacerme
con todo, era tanto y tan complicado… a mi R2 la veía tan espabilada y tan
metida ya, que me preguntaba que si dentro de un año yo también desenvolvería con
esa facilidad. Las historias obstétricas tienen muchos datos a rellenar, parece
imposible acordarte de tantas cosas jeje. Me hizo ilusión realizar mi primera
analítica, cargar mi primer suero con oxitocina… pequeñas cosas que me
conducían a mis años de estudiante, ¡como añoraba realizarlas! Hay una máquina
que permite calcular el pH que se obtiene del cordón umbilical al momento,
flipé un poco. Pero sin duda lo que más echaba de menos, es ese contacto con
los pacientes, en este caso mujeres, sensibles, asustadas, en un momento
crítico de su vida, un momento super importante para ellas y del que yo soy
partícipe. Lo pienso y se me ponen los pelos de punta. Me encanta esa relación,
ese contacto entre Matrona y mujer, y es de las cosas que más valoré a la hora
de elegir esta especialidad.
No puedo estar más contenta de lo que estoy por mi empiece.
Ahora sólo me queda aprender la teoría hasta que vuelva a pisar paritorio. Van
a ser unas semanas un poco ‘’coñazo’’ en el sentido de que quiero más y más
práctica pero sé que es lo que toca y que será beneficioso para todas. Mañana
tendremos charla de bienvenida a los residentes, cursos varios y a empezar las
clases específicas para Matronas J
serán unas semanas intensas pero yo ya sabía a lo que venía.
Mientras tanto, os sigo animando con el estudio, ¡VOSOTROS PODÉIS CHAMPIONS! ;-)
V
Cómo se nota que te encanta la especialidad. Me alegro mucho por ti, creo que serás una gran matrona, más con esa pasión.
ResponderEliminarBesos.
Gracias ;-) la verdad es que hasta que no estás metida no sabes muy bien si vas a saber encajar o no, y siento que cada día me atrae más, eso es bueno.
EliminarUn beso guapa.
¡Qué emoción! Me imagino el momento de ponerte el pijama, tras dos años sin hacerlo, tuvo que ser increíble ^.^
ResponderEliminarMe alegro mucho porque estés contenta y porque te sientas agusto en el hospi. La especialidad está más que claro que es la tuya, así que ¡ánimo para las clases teóricas que la práctica vendrá después!
¡Un besote!
Buaa, no sabes que buena la sensación, ni con el mejor vestido de gala me hubiera sentido mejor.
EliminarHay que pasar por esto, y no me quejo eh! pero como estar en faena nada.
¡Besos!
¡Qué alegría que hayas compartido tu comienzo como residente!, y además ¡qué buen comienzo!
ResponderEliminarEstoy segura de que dentro de un año serás tú la que se sienta como pez en el agua y acojas a las asustadas R1, porque se nota que eres entusiasta en lo que haces y esas son las personas que se convierten en grandes profesionales.
Ánimo con las clases teóricas, seguro que son mejores que las de la carrera
¡Un beso!
Que cosas tan chulas me decís. Ese es ahora mismo mi principal objetivo en la vida, llegar a ser una buena profesional en lo mio, ganas no me faltan.
EliminarSon mejores, te lo aseguro ;) muuuua!!
Con esta entrada me has vuelto a poner las pilas. Quiero ser matrona y no descansaré hasta conseguirlo y estar en el mismo lugar que tú. Gracias por escribir esto, da mucho ánimo a quienes seguimos luchando por esa plaza en la residencia.
ResponderEliminarSeguiré pendiente de tus entradas, ¡sé que puedo aprender mucho de lo que me espera... ¿el año que viene? ¡Sí, seguro que así será!
Espero que puedas conseguir tu plaza soñada Nadhia, lo deseo de corazón. Quien la sigue la consigue asi que estate segura con que muy pronto tú también lo podrás celebrar. Es duro, tienes que esforzarte mucho, pero la recompensa será enorme. Un beso guapa.
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