miércoles, 23 de abril de 2014

Ellos

Leyendo varias entradas estos días que giraban en torno al mismo tema, me ha dado por pensar que a mí también me apetecía escribir algo así y expresar mi opinión acerca de algunas personas que me rodean y su actitud cuando estaba preparándome el examen. Además, como esta semana no se me ocurría qué escribir, me ha parecido un buen tema de reflexión sobre el que desahogarme, cosa que en su día no hice.

Las hay egoístas, bordes, introvertidas… son defectos que más o menos podemos admitir y que todos podemos tener (nadie es perfecto) Pero si hay algo que no soporto, son las personas envidiosas, que buscan hacerte daño y lo peor de todo, lo consiguen.

Existen frases que NUNCA se tendrían que decir a un opositor, a una persona que se está restando muchísimo de su tiempo en estudiar y que sin embargo, se sueltan como si nada y te joden el día (perdonad por el taco, pero es un tema que me enciende).

Una persona de mi entorno, me decía cada vez que me veía en día de fiesta, domingo, navidad… en fin, días no laborables: AH, PERO ¿NO SALES HOY? SAL, MUJER.

Y la primera vez que contestas: ‘’no, no salgo. Tengo que estudiar bla bla bla’’ no te sienta mal, pero cuando a lo largo de un año lo tienes que repetir más de 5 veces pues que queréis que os diga, ya hasta el más paciente se harta.

Si la tuviera en frente la diría: ‘’Te piensas que lo que más me apetece ahora mismo, día X de X fiesta, es sentarme frente a unos apuntes y empezar a memorizar ¿verdad? Que lo que más deseo en la vida es quedarme en casa a pesar de lo bueno que hace o de que esté descansando todo el mundo. PUES NO. Pero lo tengo que hacer si quiero conseguir lo que busco y comentarios así no ayudan nada. Soy responsable y para nosotros, todos los días son iguales, ¿tan difícil es de entender?’’

Otro comentario que me ponía de mala uva es el de ‘’estás estudiando demasiado, vas a acabar harta, son muchas horas etc etc’’ vale, a lo mejor yo también lo pensaba en cierta manera pero cuando se trata de una persona que están en tu misma situación y con un tono sospechoso añadido, dices, uy, a lo mejor es que te encantaría que no estudiara tanto no sea que lo vaya a conseguir y tal ;-)

Otro está obsesionado con que trabaje. Sí, obsesionado. Desde que terminé la carrera, lo primero que me decía cuando me veía era si YA HABIA ENCONTRADO TRABAJO. Como si no quisiera, óigame usted. De primeras, no es una pregunta con malos fines, no así si va acompañada de frases como estas:

-Pues fulanita se movió cuando terminó y no la faltaba. ¿Por qué tú no te mueves?

-VETE AL EXTRANJERO (modo exigencia) es lo mejor que puedes hacer. En Inglaterra hay mucho trabajo bla bla bla… (Si no me he ido ya, será porque no me ha dado la gana, ¿no?)

Cuando la trataba de explicar que cuando fulanita terminó HABÍA pero que ahora no (me parece increíble que no vea los telediarios ni lea los periódicos para no darse cuenta) y que yo estaba estudiando el EIR, me saltaba con cosas como que era para superdotados (vamos que yo soy tonta, bueno o superdotada ahora que lo he sacado, visto así :) y lo quitaba importancia como no os imagináis. De hecho, cada vez que nos veíamos yo ya iba preparada, no me podía creer que me preguntara por el trabajo de nuevo, repitiéndole una vez más que NO BUSCABA TRABAJO, que estaba centrada en aprobar el examen. 

Estoy segura de que él pensaba que lo que quería era ‘’seguir viviendo del cuento’’, que eso de seguir estudiando era una comodidad y que no me daba la gana trabajar. Pongo la mano en el fuego. ¿Cuánta gente pensará eso? Y aunque nos debe de importar un pito lo que piense el resto, cuando estás tan susceptible y luchando tanto por algo, te fastidian  estos comentarios hirientes y con mala baba…vale que hasta que no vives una cosa no sabes realmente como es pero eso no es excusa, a mí nunca se me hubiera ocurrido decir a un opositor antes de vivirlo nada así, al contrario, le daría ánimos. Bueno y diréis y ¿qué hacías que seguías viéndole? Es un problemón cuando se trata de un familiar. Y cuando digo familiar no me refiero a tío octavo, sino a familia cercana. C’est la vie.


¿Cuántas veces tuve que contar hasta 10 para no ofender? Aunque pensándolo, son ELLOS los que te ofenden primero y no se ponen para nada en tu lugar. A ellos me refiero a aquellos que representan pequeños obstáculos en tu preparación, que te amargan el día con sus comentarios y que te lo ponen más difícil de lo que realmente es.

Así enfermeros, es la gente de mala. O de ignorante, en su otra vertiente. Porque no tratan de entenderte sino que tienen la mente tan cerrada que por mucho que expliques no sirve de nada. Realmente creo que lo disfrutan… otra cosa no se me ocurre.

¿Dónde está ahora está gente? En ningún lado, han desaparecido de la faz de la tierra. Saben de sobra que he aprobado, el nº que he sacado y dónde he elegido, pero se hacen los tontos. No soportan mi éxito. No les cabe en la cabeza que lo hayas conseguido porque ellos no hubieran sido capaces de intentarlo. Lo que sí que os puedo decir y ya sí que aluciné en colores, es que cuando estaba casi segura de que había aprobado allá por febrero y se lo comenté a dicho familiar me saltó con que ‘’bueno, pero son dos años sólo, ¿verdad? luego al paro’’…’’ya, pero luego vas a tener que seguir estudiando, NO TIENES PLAZA FIJA’’ Y ahí es cuando me di cuenta de que siempre van a seguir poniendo pegas aunque seas la misma directora del hospital, de que siempre van a tratar de hundirte a pesar de que hayas logrado algo grande. Qué penita más grande ;-)


Yo no suelo tener rencor a nadie pero es que esto me supera. Tal vez la entrada haya sonado a eso pero es que no me parece justo que encima que estás pasándolo mal te digan cosas como estas, porque además yo soy de pensar mucho las cosas, ese día a lo mejor ya estaba chof y no estudiaba con la misma motivación. Y creo que más de uno os sentiréis identificados. Parecen que algunas personas tienen un libro acerca de lo que no se debe decir a alguien que oposita para coger y hacerlo.

¿Qué os recomiendo que hagáis? Pasar. Porque algún día os daréis cuenta de que sus palabras se las tendrán que tragar. Porque vosotros sois los que acabareis ganando y ellos perdiendo por ser como son. Porque no merecen la pena y menos sus comentarios, haced caso omiso y que no os afecten, eso significaría que les estáis dando una importancia que no tienen.

No dedico la entrada a ELLOS, no merecen ni una pizca de vuestra atención, solo pretendo que VOSOTROS seáis mejores y les tratéis de ignorar. Eso será lo que les duela.

¿Os ha pasado algo similar? ¿Qué opinión tenéis acerca de esto?

La próxima semana más :) ¡un saludo!

V



miércoles, 16 de abril de 2014

Y llegó… ¡el gran día!

¡Hola de nuevo! Como os prometí aquí traigo la entrada tan esperada por mí contándoos como fue mi día de elección de plazas. Lo primero deciros que ya soy oficialmente RESIDENTE DE MATRONA. Feliz es poco, ¡estoy requete feliz! Y lo quiero compartir con vosotros, tanto los que habéis vivido mi misma experiencia como los que estáis luchando para ello (y bueno, para todos los enfermeros, en definitiva ;) Todo el esfuerzo se me ha devuelto con creces, ahora solo deseo que algún día llegue a ser una buena matrona, desde luego, pondré toda la carne en el asador para aprender lo máximo posible en esta bonita etapa que me espera.

El miércoles ultimé los detalles y cogí el tren que me conduciría hasta Madrid. Mirando por la ventana, recordaba con nervios todo lo que había hecho durante el año pasado para que llegara ese día y estaba impaciente por subirme a la tarima y dar el Enter de una vez por todas. La noche anterior a penas dormí, ¡imposible poder hacerlo! y no me importaba, solo quería que pasaran las horas rápidamente hasta que llegara mi turno. A las 6 ya no pude más y me levanté para prepararme, por fin había llegado el gran día de elección de plazas. Cogí el metro hasta atocha con bastante tiempo de antelación. Llegué y al ver el ministerio de frente me entró un fuerte nudo en el estómago, era un edificio tan grande y yo me sentía tan pequeñita, tan acojonada… Di la vuelta a la esquina porque había que entrar por un lateral, donde se encontraban ya unas cuantas eires con sus acompañantes.



Los momentos de espera hasta que abrieron la puerta se me hicieron eternos pero ya iba quedando menos… el lugar donde estuvimos hasta que nos nombraron era pequeño para tanta gente que había y con poca iluminación. Dicho sea de paso, me agobiaba. Una señora empezó a darnos instrucciones de lo que teníamos que hacer al entrar y comenzaron a llamarnos. Los pares teníamos que ir a la mesa derecha y los impares a la izquierda. ¡Con los nervios ya hasta dudabas lo que eras! Además, decían los nombres muy rápido y sin mentar el nº, lo cual me agobió porque no se sabía por dónde se llegaban. Al llegar tu turno tenías que enseñar el dni, te apuntaban y te daban un papel con tu nombre, apellidos, número de plaza. Entrabas, y te ponían una pegatina roja. Pasabas tus cosas por una cinta de seguridad y seguías a la gente hacia el salón de actos.

Al entrar pensé: ¡bueno pues ya estoy aquí! Nos dieron unas hojas con las plazas ofertadas pero la verdad es que ni las miré, yo ya tenía muy claro lo que quería. Solo esperaba poder elegirlo. Nos sentamos y empecé a hablar con mis compañeras que tenía a ambos lados. Tengo que decir que eran encantadoras además de que estuvieron pendientes de mí durante todo el acto. Se agradece encontrarte personas así en esos momentos de tensión.


Después de que todo el mundo estuviera sentado, las ‘’señoras del ministerio’’ comenzaron a hablar y a explicarnos un poco todo. He de confesaros que estaba en la inopia y a penas las escuché. Fue un alivio cuando nos dijeron que se podía utilizar whats up y demás aunque evidentemente se excluían las llamadas. Yo no paré de mensajear con los míos que estaban más pendientes que yo si cabe del acto a través de la página del ministerio.

Nos llamaban de 10 en 10. El primer ordenador era de consulta, y en el último tenías que decir tu nombre y apellidos-especialidad-unidad docente y ciudad. Menos mal que lo iban diciendo por altavoz porque por mucha pantallaza yo no veía nada (que se le va a hacer, soy cegata perdida) Me sorprendió gratamente que en los primeros puestos había bastante comunitaria e incluso enfermería del trabajo. Eso me gusta, y mucho. La tendencia sobre matrona está cambiando en los últimos tiempos y los enfermeros se dejan llevar por lo que les gusta y no por el nº que tienen. ¡Claro que sí!

Según subía la gente para conseguir su plaza los nervios se iban apoderando cada vez más. Y no de forma aleatoria sino porque se estaban agotando las plazas en el hospital que yo quería. Cuando oía Unidad docente de XXXXXXXX, ciudad XXXXXXXXX, me entraba pánico. De hecho, llegó un punto en el que todavía quedaban un porrón de puestos hasta mi tanda y SÓLO una plaza en donde había marcado mi destino. Recé a todos los dioses que puede haber. Esa placita tenía que ser mía, por favor, por favor. Además, me acompañaba el laurel con el que había hecho el examen, WATTUSSI puso en su blog que lo llevaría y, ¿cómo iba a ser yo menos? ¡Con lo bien que me había ido!

Y, ¿Qué creéis que pasó?

Cuando llegó mi turno y subí a la tarima, no me pude creer que iba a ser residente. Que todo el trabajo de meses atrás se vería, por fin, recompensado. Pero había 9 personas delante que no sabía qué iban a coger y pensé, que con lo gafe que era, seguro que alguna me lo quitaría. Aunque había apuntado cuántas plazas se habían cogido consulté en el ordenador, total estaba la última de mi turno y me sobraba tiempo. Y llegó mi puesto, en frente tenía la pantalla de ordenador con todos mis datos y ya sabía, con seguridad, que la última plaza en dicho hospital sería para mí. Al hacerlo por vía telemática, me preguntaron que si ratificaba lo que tenía y yo dije un siiiiiiiiiiiii enorme. Quería dar al Enter antes de tiempo incluso (impaciencia no, lo siguiente) pero me dijeron que me esperara a que dijeran todos mis datos en voz alta. Dirigí el dedo índice al Enter confirmando mi decisión de formarme durante dos años como matrona. Miles de imágenes de estos meses se me pasaron por la cabeza, ¡estaba de los nervios a la par que emocionada! Salí por una puerta lateral que daba a un despacho. Allí te daban un papel con lo que habías elegido, los datos para contactar con la unidad docente estos días y la guía del residente. Di las gracias pero si me hubieran dicho, por ejemplo: ‘’muérete’’, también las hubiera dado. Estaba en otro mundo, en mi mundo. Tanto que me quería ir por donde no era xD se deben de partir el culo con nosotras.

Al llegar al hall del ministerio una chica de seguridad me quitó la pegatina y ya salí por la puerta, pero esta vez, la principal. Tenía ganas de respirar aire puro y gritar al mundo que lo había logrado (pero no lo hice, me contuve jaja). Solo quien lo vive me podrá entender pero solo añadir que es un momentazo con mayúsculas…en ese instante se te olvidan todas las tardes de sufrimiento frente a los apuntes, todos los momentos de bajón con lloros incluidos, todas las miles de dudas que hacen que pierdas la confianza…cuando estaba estudiando, sobre todo en enero, pregunté a una amiga residente si realmente merecía la pena tanto esfuerzo, porque por momentos dudaba y ella me dijo que por supuesto, que ya lo vería. A día de hoy, la doy la razón. El hecho de tener ya segura tu tan merecida plaza os dará una felicidad que nunca pensaríais que se podía tener. Puedes estar feliz, contento, por muchas razones, pero la sensación de haber conseguido algo con sudor y lágrimas, con tantas horas de trabajo bajo la espalda, es maravillosa.

Después de este pequeño inciso deciros que busqué con la mirada a mi pareja, que siempre ha estado ahí conmigo, en las buenas y en las malas, que me ha aguantado como nadie cuando yo misma ni me aguantaba y que ha soportado conmigo, como buen equipo que somos, este largo año de preparación. ¡Cómo no me iba a acompañar en un momento tan importante para mí! Corrimos a abrazarnos como si de una peli se tratara y los dos nos emocionamos enormemente. Aunque yo he sido la que lo he logrado sin él no hubiera sido posible. Ha sido el principal apoyo que deseas tener en una situación así y ahí estábamos abrazándonos como tontos porque al fin, lo habíamos conseguido. No quería soltarle, estaba feliz, muy feliz. Nunca me cansaré de darte las gracias. La recompensa, en este caso, es compartida.

Sobra decir que llamé como una loca a mi madre quien estaba llorando al haber visto mi nombre en la pantalla del ordenador. Mandé whats up a mis amigas… ya sabéis lo típico.

Vi a Ana Rincón y también la di dos besos y la conté medio llorando que lo había logrado. Me acordé en ese momento de que en un simulacro me dijo, dándome la mano, que estaba segura que iba a ser matrona en XXXXXXXX. Y tuvo razón. No se me olvidará jamás.

Me entrevistaron para CTO, a pesar de decirles que era la competencia y tomé un par de fotos. Y después, ¡fui a celebrarlo por ahí como se merecía!

Siempre recordaré esa mañana llena de emociones vividas, de momentos de nervios, tensión y de alegría inmensa. Solo os puedo decir, estudiantes del EIR 2015, que yo hace un año estaba en vuestra misma situación, siguiendo la adjudicación de plazas desde casa, tenía envidia sana y deseaba con todas mis fuerzas que la que se sentara en ese salón de actos un año después, fuera yo. Y se ha cumplido. He luchado para que se cumpliera y así ha sido. Os quedan meses de largo trabajo pero tened siempre presente que lo vais a conseguir y que merecerá la pena. Os lo aseguro. Y cuanto más lo trabajéis y lo preparéis más orgullosas estaréis de haberlo hecho.

Espero que dentro de un año pueda leer con alegría que vosotros, también, habéis alcanzado lo que ansiabais.

Un beso enorme,


V

miércoles, 2 de abril de 2014

El Post-EIR

Hay muchas entradas sobre todo lo que conlleva la preparación del examen pero pocas relacionadas con el después. Y me apetecía, a una semana de decidir mi futuro, hablaros de esto.

Todos estamos de acuerdo con que llevar una rutina de estudio durante meses y meses es muy duro pero, ¿qué ocurre cuando el examen ya ha acabado?

Entregué mi hoja de examen con una sensación rara, no creía que lo había bordado pero tampoco que había sido desastroso. Si os digo la verdad, NO TENÍA NI IDEA. Salí, y justo me encontré con compañeras mías de academia que se lamentaban diciendo que las había salido fatal (a mi creía que no e incluso algunas preguntas a mi parecer, me resultaron tiradas, sabiendo la dificultad del EIR). Esperaba con ansia viva el dichoso 1 de febrero desde hace rato y siempre imaginaba que me iba a pegar un fiestón porque ya todo, por fin, había terminado. Bien, ni me pegué esa fiesta ni todo había terminado, sino que no había hecho más que empezar.

Estaba tan agotada, con tanto estrés acumulado de meses atrás y sobre todo de ENERO (qué mes, qué mes!!) que lo único que me apetecía era cenar en plan tranquilo y meterme en la cama a la voz de ya. Ja, ¿sabéis que no me pude dormir hasta bien pasadas las 5 de la mañana? Me aparecían preguntas en la cabeza como si de flashes de trataran, pensando, sin yo quererlo, en si las respuestas que yo había marcado serían correctas o no. No me quitaba el examen de la cabeza, y eso que ya estaba hecho, que no había vuelta atrás! pero no lo podía evitar y más sabiendo que los profesores de la academia estaban corrigiéndolo a esas horas… lo que no supe en esos momentos, a escasas horas de hacer el EIR, es que mi ‘’tortura’’ iba a dar comienzo… yo, que daba por hecho que lo peor de lo peor de lo peor era el examen en sí, que no me iba a preocupar de nada más a posteriori y que disfrutaría con júbilo de mis merecidas vacaciones.

Los días de después la cosa no cambió (sí, yo misma os he recomendado en la entrada anterior que hay que desconectar, pero es que soy así, muy burra, y los pensamientos fluían hacia una misma cosa) lo único que me apetecía de momento era tumbarme en el sofá y no HACER NADA. ¡Y para mí era un lujazo! Hace mucho que no me acordaba lo que significaba la placentera situación de coger la manta, poner la tele y tumbarte a la bartolaza sin preocuparse ni por la hora ni por nada. Pero eso no me terminaba de compensar, yo estaba mal, mal por la incertidumbre, mal porque aunque yo pensaba que había hecho un buen examen tenía muchísimo miedo, miedo racional diría yo, por si tanto esfuerzo había merecido realmente la pena o no… quería saber YA el resultado!

Y a todo eso se sumaba la gran duda de introducir el examen en la academia. Yo me tenía totalmente prohibido meterlo porque me habían hablado de casos de años anteriores que habían resultado ser un desastre (una chica que según las academias había quedado la 1 y resultar ser la 50 u otra que aparecía la 600 y ser finalmente la 60), y yo no quería pasar por lo mismo, no estaba dispuesta a llevarme el palo del siglo. En eso mis amigas y compañeras de academia estábamos de acuerdo, ninguna iba a meter el examen en un sitio que no acertaba, que nos parecía tener fiabilidad nula. Pero claro, la curiosidad mató al gato. Llegó un momento en el que  cansada de leer post y post de lo mismo me dije, ¿por qué no? Así salgo de dudas. Así finaliza un poco el come come que me está matando. Yo sabía que no iban a acertar con mi número pero lo que quería era hacerme una idea. No podía estar así hasta el día 28. No podía ni quería. Necesitaba saber algo. Lo necesitaba de verdad porque me estaba afectando más de lo que pensaba. Y caí.

Me acuerdo del momento, temblando como si se tratara del mismo día del examen, di a corregir… y mi cara permaneció impasible. Estaba casi la 80 de 2000 y pico exámenes. Me sentó como un jarro de agua fría. Hice mentalmente una regla de tres, y pensé para mis adentros, ¿pero qué mierda es esta? Tal vez vosotros me leáis incrédulos por lo que digo pero es que yo sospechaba estar en mejor puesto la verdad, sabía que ese número iba a bajar todavía muchísimo, eso contando con que todavía se desconocía las preguntas correctas, impugnaciones, etc. y me entraron unas ganas inmensas de llorar. Me arrepentí muchísimo de haberlo hecho.

Después de eso, adivinad lo que conllevó ese impulso, dar a la tecla f5 como si de ello dependiera mi puesto. Para desayunar, merendar, cenar… f5 a cascoporro. Estaba obsesionada a la par que triste. Si, tristeza diría que tenía con una mezcla de impotencia. Empezaba a pensar que no me iba a dar para lo que quería en donde yo quería ya que para ello, de forma aproximada, hay que quedar entre las 200 primeras.

Llegó el día de la plantilla de respuestas correctas. Permanecía con la pequeña ilusión de que la academia se hubiera equivocado en algunas, pero, para mi pesar, en mi caso lo clavó, a pesar de las impugnadas inicialmente. Tenía los mismos aciertos. Más vale lo malo por conocido, pensé. Qué remedio.

Y los días pasaban, a pesar de que en mi opinión, en vez de días, parecían siglos. Una fecha clave, el día de las respuestas provisionales. Contaba las horas, los minutos hasta aquellas 00:00 en punto de la noche. Esos momentos previos son horribles, el corazón te va a mil, sientes mareo y miedo, mucho miedo de que al introducir el DNI estés fuera de juego. Con mis netas y mi puesto estimado de la academia, yo me hacía más o menos una idea de cómo iba a quedar pero siempre por lo bajo. A pesar, de que os he dicho que soy una persona luchadora, como el nombre del propio blog indica, también puedo llegar a ser bastante pesimista. Y yo lo estaba, porque ya me había llevado muchos palos y creía que este sería uno más. Al ver mi puesto estimado por la academia, me llevé una decepción enorme y esperaba que fuera en detrimento. Aunque, esta vez, ¡¡me había equivocado!! Después de casi gastar la tecla f5, ahí estaba. Mi nº de orden. Mi nº de plaza. Mi nº en definitiva. Y tras varios segundos mirándolo perpleja me eché en brazos de mi pareja con una sensación de felicidad infinita. Lo ves, lo ves, me decía él. No estaba ‘’tan abajo’’ como pensaba. Qué narices, era un puestazo. Me fui donde mis padres y se lo grité emocionada. Cuántas veces entre manual y manual me sumergía entre mis pensamientos e imaginaba ese mismo momento. Y curiosamente, se estaba haciendo realidad. Por fin. ERA RESIDENTE J

Los que habéis pasado por esto coincidiereis conmigo en que el posteir es incluso mucho más angustiante que el pre, porque ya están todas las cartas sobre la mesa, porque no te queda otra que esperar y esperar sin que puedas hacer nada, porque las dudas se sumergen por tu cabeza constantemente, es horrible... y más encima si no tienes clara la especialidad, si con tu nº de plaza no te va a dar para lo que deseas, o si tienes que tomar la decisión de marcharte fuera de tu casa. Ahora, la verdad, me da un poco de vergüenza haberme quejado o haberme sentido decepcionada porque siento que soy una afortunada, lo he conseguido y con un buen puesto y mucha gente que ha estudiado un huevo también, se ha quedado fuera. Todo mi ánimo para vosotros, de verdad.


A dos meses de haber terminado el examen, puedo decir que el verdadero fin de todo esto será el próximo jueves, cuando vea que puedo hacer matrona en mi ciudad, cuando me den mis papeles de residente y me lo termine de creer. Hasta entonces, me resigno con seguir esperando como lo he hecho hasta ahora, con esperanza e ilusión porque las cosas saldrán bien.

Y si todo esto fuera poco, ayer nos enteramos de que no habrá tantas plazas de matrona como dijeron inicialmente, sino que han suprimido 6 en Granada. Utilizo mi blog para expresar mi rabia hacia este hecho, ¿a qué juegan? tenemos que soportar que oferten un nº miserable de plazas aunque las preguntas sigan y sigan aumentando, que sea un examen injusto en toda regla no reflejando el estudio realizado, que las impugnaciones las realicen al azar sin ningún criterio a pesar de ser medio examen impugnable, después de tragar con todo esto, ahora, a una semana de elección de plazas, gente que tenía su planning hecho, tiene que modificarlo. No me parece ni medio normal porque encima, indirectamente pienso que nos afectará a todos. Ya sólo queda rezar para que no reduzcan más, a este paso nos quedamos sin ninguna. Ya lo habréis visto pero por si acaso, aquí os dejo el BOE

http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2014-3397

La próxima semana no habrá entrada porque estaré en Madrid, cuando vuelva ya os contaré por supuestísimo como ha sido mi día de elección de plazas y si por fin, puedo decir con seguridad que lo he conseguido =)))))) sea como sea, de lo que estoy segura es que será un día que jamás olvidaré.


Un besazo amigos enfermer@s

V