viernes, 20 de junio de 2014

Simulacros

¡Hola a todos!

Siento mucho haber tardado tanto en escribir una entrada nueva. Hasta ahora os tenía muy mal acostumbrados con una por semana pero es que hoy por hoy, ¡¡me faltan horas en el día!! Desde que empecé la residencia, hace casi un mes, he tenido problemas personales como bien comenté en el anterior post y digamos que aunque la cosa ha mejorado, no se han solucionado del todo. Pero bueno, estoy mejor, más contenta y animada, con mucho entusiasmo por levantarme cada día para ir a trabajar. Cada jornada es una nueva odisea, me pregunto que qué aprenderé y que me deparará el día y la verdad es que no doy abasto.

Las clases fueron super intensas, vivía más en el hospital que en casa y aunque sí que me han parecido útiles tenía ya el remusguillo de empezar a meterme en faena. Y una vez metida comentaros que la residencia, por lo menos de Matrona, es un mundo aparte. Hay tanto por aprender, por estudiar, que me pregunto si algún día sabré por lo menos la mitad. Espero que sí. Me lo tengo que tomar con mucha filosofía y a un ritmo lento porque si no, me volveré loca. Cada día una cosita nueva. Ese es mi objetivo. Porque como intente abarcar mucho al final no haré nada. De momento, tengo libros pendientes de leer, echarlos un vistazo, y tratar de entender lo que pueda. Como me dice una amiga, he llegado hasta aquí, he podido sacarlo con creces así que no me tengo que agobiar demasiado. Lo difícil ha pasado, esto lo tengo que disfrutar más, porque sufrir ya he sufrido bastante. Ya tengo lo que quería, ahora hay que aprovecharlo muy bien pero sin ansiarme, porque te ofuscas, te deprimes y al final es peor, os lo digo por experiencia. Me quedan dos largos años por delante llenos de momentos malos, muy malos pero también de alegrías y espero que finalmente, en una balanza, termine ganando lo segundo.

Y dicho esto, os voy a hablar de algo del estudio EIR que constituye un peso fundamental y que debéis de tener siempre presente: los simulacros.

Yo me enfrenté a los 10 simulacros a lo largo del año como si del propio examen se tratara. Cada uno con sus más o menos, pero dispuesta a no dormirme en los laurales durante ellos para así sentirme más tranquila el día X. El que me gustaba de verdad era el presencial y no por el simulacro en sí, que lo podía hacer perfectamente también en mi casa sino por la corrección posterior. Los que estáis en Ifses lo sabréis. Para mí, lo mejor de la academia. A pesar de estar de 3 a 9 y media más o menos dándolo todo, siempre quería más. Salía con cefalea pero no me importaba. Notaba que avanzaba un milenio con cada uno. Como os he comentado muchas veces, la clave para aprobar este examen radica sobre todo en aprender la técnica tipo test. Puedes ser una fuente infinita de conocimientos que como no sepas eso, no sirve de nada. La profesora recalcaba aquellas preguntas que consideraba que eran importantes bien porque el tema es gustado por el jurado EIR, porque eran de pillar, porque cambiaba la pregunta pero realmente era similar a la de otros exámenes para ver que contestábamos, etc. Y siempre preguntando quien la había dejado en blanco, quien había contestado tal respuesta, tal otra… para hacerte cambiar de opinión, por lo que la clase se hacía muy interactiva. No hablaba ella sola sino que nos hacía participar. Aquí entran en juego las balas, hamburguesas, lichis… la primera vez que leí esto pensé que de que árbol se había caído pero no os imagináis lo divertido que se me hacía J
El día del simulacro presencial, me ponía mi agua, mis bolis, me guardaba el móvil, sacaba el reloj y ale a realizarlo. Hay gente que hablaba, que terminaba en 0,2 sg… yo no. Me lo tomaba como ‘’el de verdad’’ (a Ana no la gustaba que lo llamáramos así porque para ella, estos también eran de verdad, pero para que me entendáis xD).

Hay muchas maneras de estructurarte el simulacro o el examen en definitiva. Esto es como en el caso del estudio, cada uno lo hace de una manera, pero yo os voy a contar como me funcionaba a mí. Me empezaba a leer pregunta a pregunta y si estaba totalmente segura rodeaba con un circulo la respuesta y ponía un Tic grande al lado de la preguntaba dando a entender que estaba lista para pasarla a la hoja de respuestas y eso hacía.

Aquí quiero hacer un inciso. Al principio me faltaba tiempo por acabar los simulacros, siempre andaba super pillada, hasta que me di cuenta de que era porque en el primer vistazo no pasaba ninguna respuesta, lo dejaba para el final. Y claro, llega el final y se te echa el tiempo encima, te pones nerviosa, empiezas a dudar y termina mal la cosa. De la otra manera, contestando sin dudar en la hoja de respuestas de las que estamos seguros en la primera lectura, no os imagináis el tiempo que os podéis ahorrar.

Me gusta seguir un orden en todo, soy perfeccionista pero en este caso hay ocasiones en las que no lo seguía. En una misma hoja de preguntas y respuestas lo mismo me daba por contestar dos seguidas que pasar a la tercera, etc. Lo hacía para no aburrirme. Manías, jeje. Ojo, siempre fijándome que no me quedaba ninguna por leer en ese primer vistazo.

Cuando no tenía ni pajolera idea de alguna pregunta, en plan dudando entre 4 o 5, directamente ponía una X grande al lado de la pregunta. Sabía que no la iba a contestar porque no era una pregunta de adivinar, de sacar, porque era teoría pura o complicadísima así que no me andaba con películas y hacia eso. He de deciros que me pasaba con poquitas. Contestar esas os PUEDE HACER BAJAR PUESTOS.

Y luego están la mayoría de preguntas. Aquellas en las que dudas entre dos o tres, aquellas que hay que contestar ¡¡¡¡¡SIEMPREEEEE!!!! Leedme bien atentos. Siempre siempre siempre siempre hay que arriesgar y contestarlas. Ana nos hizo un día una prueba con preguntas chorras  demostrándonos que contestando entre dos sales ganando. La probabilidad es muy alta. Hay que arriesgar chicos. La primera vez que me presenté, los últimos diez minutos fueron de cachondeo porque como lo llevaba mal estudiado, no sabía la técnica tipo test… me dediqué a contestar por azar o lotería. ESO NO ES. Hay que pensar con lógica. Si te has estudiado una cosa pero te hacen dudar (ya os daréis cuenta de que os pasa en el examen en un % muy elevado de las veces) vete a por ella, lúchala. No la dejes porque no te favorecerá. Os lo juro. Hacedme caso. La gente tiene la impresión de que si dudas entre dos se contesta siempre la que no es pero eso es porque te fijas más en los fallos que en los aciertos, vas a ver tu fallo contestando entre dos y te vas a torturar toda la tarde, diciéndote cosas como que ‘’sabías que era la otra pero cambiaste la respuesta’’ (esto no se hace) que ‘’la próxima vez la dejarás en blanco’’… pero las que tengas bien (la mayoría) no vais a hacerlas caso. Espero que se os quede grabado. Y cuando dudéis, no os quedéis perennes en la pregunta, pasad, porque si no os pondréis más nerviosos.

Cada año hay más preguntas, aumentan las horas, elevándose proporcionalmente el cansancio. Hay que ser consciente de esto. Llegará un momento en el que te preguntes que cuando acaba el dichoso simulacro. No podrás más e incluso verás borroso. Ahí es cuando hay que hacer un esfuerzo sobreañadido. No podéis dejaros vencer por el agotamiento porque fallaréis. Y veréis posteriormente que habéis fallado algunas preguntas por no haberlas leído bien. Esto tiene que disminuir a medida que pasen los meses. Podéis fallar porque no la sabéis, porque no os habéis acordado, porque la intuición os ha fallado pero no por haber leído mal. Eso os hará bajar puestos.

Terminada la primera lectura, la segunda debe y tiene que ser más fácil y rápida, pero tampoco id con prisa por acabar. Sobra decir que no vais a volver a leeros todas, sencillamente no da tiempo. Tenéis que ir exclusivamente a aquellas que habéis dudado. La mayoría, después de haberla leído dos veces, las tendréis más claras. El resto, las que quedan, deberéis valorarlas en un último vistazo teniendo en cuenta cuantas habéis dejado sin contestar. Yo dejaba en los simulacros unas 6 o 7 y en el propio examen 2. Pensaréis que son pocas pero a mí me iba bien así. Lo mismo tú dejas más y te va mejor. Nunca se sabe. Aquí el azar juega fuerte también.

Me parecía también muy importante corregir el simulacro en mi casa. No me refiero a poner las respuestas correctas y ya sino a sentarme con él delante, con mi tocho de apuntes e ir viendo una por una si la he tenido bien o mal. Aquella que había fallado y Ana la había ‘’corregido’’ me ponía una nota en el tema estudiado, en el margen (++ para estudiar) Aquella que no entendía el porque de una respuesta y no otra, preguntaba en el foro, buscaba por internet pero NUNCA me quedaba con la duda. Aquella que simplemente había fallado por un estudio más flojo, pues me daba rabia pero ya sabía que no se me olvidaría ;-) y no solo esto que os he comentado y que me llevaba alguna horilla, sino que cada vez que terminaba de estudiar un tema, iba a las preguntas de dicho tema de cada simulacro y las repasaba. Todo esto me parecía imprescindible en mi paso por el EIR y es que como os he comentado miles de veces, ¡no todo es estudiar!

Lo que más me gustaba era introducir los resultados en la página y ver cómo mes a mes iba mejorando (bueno, miento, de julio a septiembre me estanqué). Si por lo que sea uno os sale peor no os desaniméis. Valorad todo lo que lleváis aprendido, la dificultad del simulacro, etc será una piedra en el camino de vuestro triunfo final.

Y con esto me despido, espero que os haya sido útil. A mí me gusta compartir con vosotros mi experiencia y aunque esté ya trabajando, no se me olvidan los muchos meses que he estado estudiando para llegar donde he llegado, por eso os tengo siempre presentes.


¡Un besazo enorme!


lunes, 2 de junio de 2014

Queda prohibido

Hola chicos/as. Pensaba escribir antes pero no he podido ni a decir verdad, tenía muchas ganas… he pasado una semana un tanto difícil. Y no solo por el hecho de enfrentarme a las primeras clases con su correspondiente horario loco, sino más bien porque he tenido problemas a nivel personal. ¿No os ha pasado nunca que cuando más felices estáis, que cuando pensáis que nada puede salir mal, os da mucho miedo de que se estropee y va,  y ocurre? Pues eso mismo me ha pasado a mí… estaba deseosa por empezar, absorber como una esponja todo lo que me dijeran, anotar en mi cabeza lo máximo posible para ir bien preparada a mi primera guardia, a mi primer parto, pero no ha sido todo lo bonito que yo esperaba.

No voy a contar los motivos puesto que primero, creo que no os interesan y segundo porque prefiero reservármelo para mí, pero solo os diré que he pasado una de las peores semanas de mi vida. Sobre todo, porque se me ha juntado con mis primeros días de trabajo. Tenía las expectativas por las nubes y no he podido disfrutar nada por lo ocurrido. Al contrario, iba sin ganas, sin ilusión. Me intentaba concentrar, pero no podía. Me acostaba llorando. He estado triste, muy triste y la semana no parecía acabar nunca. Que impotencia… ver como tus sueños se desvanecen.

Todo sucede por algo, o eso dicen, pero ni en mis peores pesadillas, imaginé que mi primera semana como R1 seria así de nefasta. Y esto parece no tener solución… porque ves, sabes que tienes razón y el resto del mundo no, el cual parece estar en tu contra. Porque no puedes decir: ‘’ala pues que os den por el culo’’, cuando se trata de personas claves, imprescindibles en tu vida. Aunque da rabia que no les importes una mierda. Esa es la sensación al menos. Y yo me equivoco poco con la gente.

Os juro que he estado a punto de irme de casa, llegó un momento en el que no pude más, en el que la desesperación y la rabia podían sobre todas las cosas, porque lo que tampoco voy a hacer es seguir tragando como hacia hasta ahora. Me canso. Supongo que vosotras también os cansáis cuando veis que algo falla, que algo no va bien, hasta que explota. Y encima cuando das tu opinión, cuando tratas de cambiarlo, quedas como la mala. Eso soy yo. La mala. Pero no me importa. A estas alturas, prefiero quedar como la mala a la tonta que he sido durante muchos años. La tonta no, eso sí que no lo tolero.

Desconfiada, borde, distante al principio… son defectos que creo tener, pero no al azar, sino porque en mi vida considero que he dado mucho y muchas veces he recibido nada, al contrario, puñaladas. Somos como nos han hecho ser. Esa es mi teoría. Mi personalidad la han construido los de mí alrededor y cosas como las que han pasado, me hacen replantearme cuestiones. No me arrepiento nada de como soy, porque esta coraza que creo tener es la que se ha ido formando con el paso de los años a causa de hijos de puta. Y cuanto más me hacen daño, más maduro y más precavida creo estar. Aunque en el fondo sé que soy una inocentona, a la que la gusta como nada dar todo a los demás, animar, desear lo mejor, por eso en parte cree este blog, porque sé que es la manera de ser buena gente sin que alguien te la clave por detrás.

Supongo que no entenderéis nada, pero me apetecía escupirlo, porque para eso es mi blog. No iba a ser tan falsa de contar mis clases de Matronas como si nada, cuando por dentro me estoy muriendo. A parte, me quedo más tranquila sincerándome con vosotros.

Yo soy la primera en daros ánimos, en ser positiva, pero si buscáis eso en esta entrada no lo encontraréis, porque no me siento así. Dan ganas de tirar la toalla pero sé que he luchado mucho hasta llegar hasta aquí y sacaré fuerzas de donde sea para ir con la mejor de mis sonrisas. No sabéis que mal cuerpo se te queda cuando vas así a las clases, hecha polvo. Ja, se supone que iría dispuesta a todo. Pero es así, no queda otra. No voy a ceder porque tengo más que motivos para no hacerlo. No voy a tragar porque esto ha llegado más lejos de lo que pensaba. Así que, solo me queda esperar y ver como se solventan las cosas. Mientras tanto, a seguir aprendiendo en la medida de lo posible, que dos años dan para mucho.

Os dejo uno de mis poemas favoritos, pienso que me viene como anillo al dedo.

Un saludo.

V


P.D: Menos mal que te tengo a ti… (L)