domingo, 25 de mayo de 2014

Primeras impresiones

¡Buenas! Tal y como os prometí, os voy a contar como han sido estos días de comienzo de Residencia. El día 20, quedamos mis compañeras y yo para firmar el contrato. Llegamos al despacho de nuestra coordinadora y nos acompañó hasta RRHH. Podía haber firmado perfectamente mi sentencia de muerte que no leí nada xD me fiaba, ¡como para no después de tanto sufrimiento! Según lo hacía, pensaba: ‘’ahora sí que si’’. Nos dio la cita para el reconocimiento médico (obligatorio of course), una lista con los cursos que íbamos a ir teniendo y las fechas… y entramos en la Unidad de Acogida. El nombre me pareció cuanto menos que gracioso, nos acogen como si fuéramos perrillos jaja. Allí nos dieron la tarjeta de identificación, papeleos varios, nos hicieron una foto de rigor… fuimos a los vestuarios, ya con nuestra llave de la taquilla en mano; y nos contó cómo funcionaban las máquinas para sacar el uniforme (muy moderno todo). La verdad es que, en ese sentido, me he sentido muy arropada. A todos nos gusta que cuando empiezas en un sitio nuevo, te expliquen las cosas, porque ya bastante incertidumbre tienes como para buscarte tú sola las castañas. En ese sentido, chapó por mi hospital.

Nos acompañó a paritorio para enseñarnos las instalaciones y ya de paso presentarnos a las matronas que había en ese momento. Nuestras caras debían ser un poema porque nos dijeron que estábamos asustadas (como para no :P) yo ya lo conocía por mis prácticas como enfermera, aunque por las urgencias obstétricas-ginecológicas y la sala de monitores no había pisado.

Jueves. 22 de mayo. Primer día de trabajo. Esa noche no dormí apenas. Entre que ya me había acostumbrado a trasnochar y que yo me pongo nerviosa de por si no pegué ojo. Pero qué curioso, me levanté a las 6 y media como un cohete. Sin sueño. Con nervios. Mientras me acercaba a la puerta del hospi, mis R1 y yo sonreíamos sin hacer falta decirnos nada.

Entramos al vestuario, nos pusimos el uniforme, los zuecos y ale con el pijama de nuevo. Me transporté entonces a mi época de estudiante. ¡Han pasado dos años y menudos dos años! Soy la misma persona pero más madura. Y es que el hecho de no haber podido finalmente trabajar, la realización como persona por tener que tomar una decisión importante y el aprendizaje como estudiante EIR, han hecho que valore aún más las cosas. Era consciente de que era una privilegiada y tenía en mente disfrutar cada sg como si fuera el último. Y ya con esta guisa nos dirigimos a paritorio donde nos esperaba la supervisora. Presentaciones varias, nos repartimos y yo me pasé la mañana en monitores. Me encantó ese primer contacto con las mamis. Pensaba que sería una mañana de mera observadora pero ni mucho menos. Tuve la gran suerte de estar con una matrona encantadora, a la cual la preguntaba todo lo que venía por la cabeza pero sin abrasarla. Nos van a dar teoría en breve así que no quería ser muy pesada. Me dejó hacer las famosas maniobras de Leopold. Yo que lo veía como algo complicadillo, no lo es ni mucho menos, aunque requiere práctica lógicamente para no confundir la cabecita con las nalgas o para saber si está dorso-dcho o dorso-izdo. Busqué la FCF y hasta la matrona me dijo que lo encontraba mejor que ella (no sabéis la ilusión que me hizo oír eso aunque sea lógicamente mentira jaja). Tomé tensiones, registré a las mamás que venían, me enseñó el programa de ordenador e incluso me dejó utilizarlo para mirar analíticas y preparar las historias para el día siguiente. Tienen un programa de ordenador que calcula la FPP a partir de la FUR, ¡y yo que pensaba que me iba a volver loca con la ruletilla!

Cuando las mamis terminaban en registros iban a la consulta de la Resi de Gine junto con nosotras también. La R2, majísima por cierto, me dejo hacer mi primer tacto porque dijo que era muy fácil de ver y así era el caso. Vi, entonces, mis primeras ECOS, aunque yo no distinguía nada, sinceramente xD.

Viernes. 23 de mayo. Para no repetir, rotamos, y yo me quedé en paritorio, junto con una de mis Resis mayores prácticamente toda la mañana. Estuve presente en dos partos además de estar en la sala anexa al Qx tras dos cesáreas. En el primero, la pobre mujer no podía tener más desgarro… Yo me preguntaba que si realmente algún día sabría coser aquello, me parece todo igual :S pero si, nos han asegurado que sabremos y que la textura, el color… es diferente. Cuestión de práctica, como todo en esta profesión. Poco a poco me iba enterando de cosas, pequeños detalles de un mundo tan complejo…sabía que me iba a costar hacerme con todo, era tanto y tan complicado… a mi R2 la veía tan espabilada y tan metida ya, que me preguntaba que si dentro de un año yo también desenvolvería con esa facilidad. Las historias obstétricas tienen muchos datos a rellenar, parece imposible acordarte de tantas cosas jeje. Me hizo ilusión realizar mi primera analítica, cargar mi primer suero con oxitocina… pequeñas cosas que me conducían a mis años de estudiante, ¡como añoraba realizarlas! Hay una máquina que permite calcular el pH que se obtiene del cordón umbilical al momento, flipé un poco. Pero sin duda lo que más echaba de menos, es ese contacto con los pacientes, en este caso mujeres, sensibles, asustadas, en un momento crítico de su vida, un momento super importante para ellas y del que yo soy partícipe. Lo pienso y se me ponen los pelos de punta. Me encanta esa relación, ese contacto entre Matrona y mujer, y es de las cosas que más valoré a la hora de elegir esta especialidad.

No puedo estar más contenta de lo que estoy por mi empiece. Ahora sólo me queda aprender la teoría hasta que vuelva a pisar paritorio. Van a ser unas semanas un poco ‘’coñazo’’ en el sentido de que quiero más y más práctica pero sé que es lo que toca y que será beneficioso para todas. Mañana tendremos charla de bienvenida a los residentes, cursos varios y a empezar las clases específicas para Matronas J serán unas semanas intensas pero yo ya sabía a lo que venía.

Mientras tanto, os sigo animando con el estudio, ¡VOSOTROS PODÉIS CHAMPIONS! ;-)


V


miércoles, 14 de mayo de 2014

Feliz

A una semana de empezar la residencia, me da por pensar, hacer balance… de los últimos meses, como si de fin de año se tratara. Recuerdo que la primera semana tras el examen, dije ‘’madre mía, ¿qué voy a hacer yo en 4 mesazos de vacaciones? por un lado los necesito pero por otro, ¡qué aburrimiento!’’ y para nada. He sabido aprovechar muy bien el tiempo que no tuve como estudiante EIR. He podido disfrutar de todas las cosas que me marqué cuando perseguía mi sueño, como volver a hacer deporte y estar más enganchada que nunca, ponerme al día con mis amigos, hacer una macro limpieza de mi habitación, ver series y quedarme hasta las tantas… y ahora estoy feliz porque veo que ya está ahí, que lo puedo tocar con los dedos. Tengo las pilas cargadas para empezar. ¡No hay quien pueda pararme!

Cerrar etapas y abrir otras nuevas, nunca ha sido fácil a pesar de tratarse de buenas circunstancias, como es el caso. Me considero una persona impaciente y los comienzos nunca me han resultado digamos que enriquecedores. Lo paso mal y me siento torpe y novata. Quiero saber y saber, pero sé que de un día para otro no puede ser. Que tengo que tener paciencia, ¡así ha de ser!

Y es que cuando llevas tantísimo tiempo anhelando algo y ves que finalmente llega, tienes una mezcla de sentimientos. Por un lado ganas, ilusión, alegría porque voy a recoger lo que he sembrado, porque después de dos años sin pisar un hospital volveré a ponerme el pijama como si del primer día de prácticas se tratara, con esas mariposas en el estómago, con esos nervios que me recuerdan que feliz, volveré a ejercer de enfermera, la profesión de mi vida.

A eso se suma el miedo que siempre está presente pero que no puedes permitir que sea más fuerte que tú. Hay que saber encontrar el equilibrio. ¿Sabré defenderme en mi puesto? ¿Seré una buena residente de Matrona? ¿Se me habrá olvidado poner una vía? xD Son preguntas que me hago y que espero, en unos meses, resolver favorablemente.  He puesto tantas ganas y empeño en esto, que no quiero decepcionarme, ni con la gente ni con la profesión. Soy consciente de que no va a ser un camino de rosas, de que va a ser duro, de que va a haber lágrimas, pero espero que se queden como meras anécdotas y me acabe quedando con los buenos momentos.

La semana pasada acudí al hospital a por las planillas, cuadernos de evaluación, en fin, toda la documentación necesaria para hacer frente a esta etapa y he de confesaros que cuando nuestra coordinadora nos explicaba los turnos, no me lo podía creer. ¡Se acerca el tan esperado 20 de Mayo! He rodeado con un círculo mi primera guardia, os puede parecer una tontería pero nunca he hecho una noche y me hace mucha ilusión saber la fecha de la primera.

Me he leído desde la primera hasta la última letra de lo que se me ha dado, no quiero que nada se me escape. Quiero esmerarme, esforzarme, como siempre lo he hecho.

Además, mi primera impresión con mis compañeras ha sido muy buena. Me parece vital para poder trabajar en equipo correctamente, apoyarnos las unas a las otras… al fin y al cabo, nos encontramos en la misma situación y encontrar a gente afín a ti hace que al camino sea mucho más fácil.

Estoy segura que veis muy lejano el poder estar como yo, desde que di el paso de estudiar para el EIR hasta el día de hoy parece que han pasado 20 años, pero os puedo decir una vez más, que se puede. No os canséis. Trabajar en lo que te gusta es lo mejor que puede haber, empleamos la mayor parte del tiempo de nuestra vida en el trabajo, y yo tengo la gran suerte de que voy a poder volver a hacerlo, por haber luchado, por no haberme rendido. La situación laboral es deplorable y soy consciente de que dos años se pasan enseguida y no sé a ciencia cierta mi futuro a largo plazo pero no pienso que eso me pueda, mientras tanto viviré el presente, aprenderé y tomaré nota de cada cosa que se me diga, de cada detalle que se me ordene.

En esta entrada no cuento nada relevante, y es que mi mente solo puede centrarse en esto ahora mismo, solo os puedo transmitir mi felicidad, porque al fin y al cabo, para eso creé también el blog, para contaros lo que me pasaba por la cabeza, mis pensamientos, mis ilusiones, y qué mejor que motivación que está, haceros ver una vez más que no hay nada imposible. Que con confianza y trabajo se puede llegar hasta donde vosotras/os queráis.

Espero que os guste leer mi vida como residente EIR, a mí particularmente me encantaba ver las peripecias de las EIR y me alegraba por ellas, soñaba con que algún día sería mi turno. Y por fin ha llegado. En una semana, empieza todo.


V


viernes, 2 de mayo de 2014

Dudas

Esta semana nos han sorprendido con que las Oposiciones de Madrid para profesionales sanitarios serán finalmente en Septiembre de 2014. Me acuerdo perfectamente cuando salió la convocatoria, casualmente, dos años antes de la fecha de examen. Yo acababa de terminar la carrera y fuimos una amiga y yo a echar los papeles. Por entonces, decidí que me iba a ir mirando temario para esas Opos. Estaba trabajando pero el contrato iba a llegar su fin. Me compré unos libros, que por cierto no valían para nada a mi parecer y empecé a ojearme algunas páginas. Infumables no, lo siguiente, además de soporíferos. Nada que ver con los temas del EIR. De hecho, acabé vendiéndolos y ya es cuando decidí centrarme en el EIR en vez de en las Opos, pues tenía la sospecha de que iban a tardar muuuucho en salir y así ha sido.

Ahora me hallo con un montón de dudas rondando por la cabeza. He aprobado el EIR y en menos de 20 días empezaré la residencia. Estaba convencida de que me iba a centrar en esto (como para no, ¡después de tanto tiempo esperándolo!) y esta noticia me ha descolocado un poco. Aunque lo tengo digamos que reciente, se que me tendría que poner a estudiar de nuevo YA si quiero hacer algo decente. La cuestión es si quiero y lo más importante, si me merecerá la pena.

Yo soy la primera que os he dicho que hay que luchar con todas vuestras fuerzas y que hay que perseguir aquello que queréis. Pero en este caso, me encuentro con varios obstáculos en mi camino. Lo primero, cuando voy a por algo, me entrego al 100 % (ya sabéis que así ha sido con el EIR) y este no sería el caso. No se si me veo capaz de comenzar la residencia, algo que ya de por si va a ser duro puesto que ningún comienzo es fácil, y ponerme a estudiar por las tardes, findes… en fin, en los ratos que pueda llegar a tener libres. Tengo la sensación de que si hago esto, estaré dispersa en el trabajo y no daré el 100 % de mí, al igual que no podré estudiar todo lo que me gustaría. Si al principio de la residencia tengo clases teóricas e invierto el resto de tiempo en estudiar en vez de mirarme lo que hemos dado me agobiaré. Me conozco.

En segundo lugar, el verano pasado lo pasé francamente mal y cada segundo me imaginaba que este sería distinto. Que trabajaría pero que por las tardes me iría a la piscina, a una terraza…en fin, que disfrutaría con cosas que el año pasado nada de nada. A lo mejor os parece una tontería pero para mí es importante. Me imagino este verano yendo a la biblioteca con 40 grados a la sombra, con el cansancio acumulado de estar todo el día trabajando y me entra pánico. Vale, pensareis que si saco la plaza es un verano de mierda en comparación con una recompensa muy muy grande, yo también lo pensaría si no fuera también por el pequeño detalle de que tengo 0 puntos trabajados. Esto es lo que principalmente me echa para atrás. ¿Qué posibilidades tengo de sacar esta oposición? Uff es que ni sacando un 10 yo creo. Cualquiera con puntos a nada que haga un buen examen arrasa. A todo esto se une el que ejem, somos más de 60.000 admitidos (y me quejaba de los 20.000 del EIR) 1 de 40 va a sacar plaza. ¿Yo sería ese 1?

Sé que mis palabras derrochan bastante pesimismo pero estoy venga a darle vueltas sobre qué hacer y poniendo en una balanza los pros y los contras. Y no es nada fácil. Yo soy una persona que no toma decisiones a la ligera, que cuando se trata de algo importante trato de buscar todas las posibilidades, soluciones y dudo. Evidentemente la recompensa de aprobar y tener tu plaza fija para toda la vida pesa sobre todas las cosas, es algo con lo que todo el mundo sueña, el problema que veo es que tengo muy poquitas posibilidades. Digamos que me pesa más el realismo, en este caso. Y como he acabado realmente asqueada de estudiar tanto, tener que ponerme ahora sin ver realmente esperanza pues que queréis que os diga, me frena. Se que algún día volveré a estudiar, en nuestra carrera nunca se deja, pero ¿justamente ahora, después del año que he pasado? Puff.

En 2013 estaba deseando que salieran las Opos puesto que yo ya estaba estudiando y hubiera sido un simulacro más además de darme una dosis de motivación, lo tenía a huevo. Pero no he tenido suerte. Y en septiembre encima. Son malos, ¿eh? ¡Menudo veranito más bueno que nos desean! Para los que estáis con ello o con el EIR habrá sido una muy buena noticia. Para mí, demasiado tarde.

¿Vosotros qué haríais?


Un saludo a todos, ¡nos leemos!

V