¡Hola a todos!
Siento mucho haber tardado tanto en escribir una entrada
nueva. Hasta ahora os tenía muy mal acostumbrados con una por semana pero es
que hoy por hoy, ¡¡me faltan horas en el día!! Desde que empecé la residencia,
hace casi un mes, he tenido problemas personales como bien comenté en el
anterior post y digamos que aunque la cosa ha mejorado, no se han solucionado
del todo. Pero bueno, estoy mejor, más contenta y animada, con mucho entusiasmo
por levantarme cada día para ir a trabajar. Cada jornada es una nueva odisea,
me pregunto que qué aprenderé y que me deparará el día y la verdad es que no
doy abasto.
Las clases fueron super intensas, vivía más en el hospital
que en casa y aunque sí que me han parecido útiles tenía ya el remusguillo de
empezar a meterme en faena. Y una vez metida comentaros que la residencia, por
lo menos de Matrona, es un mundo aparte. Hay tanto por aprender, por estudiar,
que me pregunto si algún día sabré por lo menos la mitad. Espero que sí. Me lo
tengo que tomar con mucha filosofía y a un ritmo lento porque si no, me volveré
loca. Cada día una cosita nueva. Ese es mi objetivo. Porque como intente
abarcar mucho al final no haré nada. De momento, tengo libros pendientes de
leer, echarlos un vistazo, y tratar de entender lo que pueda. Como me dice una
amiga, he llegado hasta aquí, he podido sacarlo con creces así que no me tengo
que agobiar demasiado. Lo difícil ha pasado, esto lo tengo que disfrutar más,
porque sufrir ya he sufrido bastante. Ya tengo lo que quería, ahora hay que
aprovecharlo muy bien pero sin ansiarme, porque te ofuscas, te deprimes y al
final es peor, os lo digo por experiencia. Me quedan dos largos años por
delante llenos de momentos malos, muy malos pero también de alegrías y espero
que finalmente, en una balanza, termine ganando lo segundo.
Y dicho esto, os voy a hablar de algo del estudio EIR que
constituye un peso fundamental y que debéis de tener siempre presente: los
simulacros.
Yo me enfrenté a los 10 simulacros a lo largo del año como
si del propio examen se tratara. Cada uno con sus más o menos, pero dispuesta a
no dormirme en los laurales durante ellos para así sentirme más tranquila el día
X. El que me gustaba de verdad era el presencial y no por el simulacro en sí,
que lo podía hacer perfectamente también en mi casa sino por la corrección
posterior. Los que estáis en Ifses lo sabréis. Para mí, lo mejor de la academia.
A pesar de estar de 3 a 9 y media más o menos dándolo todo, siempre quería más.
Salía con cefalea pero no me importaba. Notaba que avanzaba un milenio con cada
uno. Como os he comentado muchas veces, la clave para aprobar este examen
radica sobre todo en aprender la técnica tipo test. Puedes ser una fuente
infinita de conocimientos que como no sepas eso, no sirve de nada. La profesora
recalcaba aquellas preguntas que consideraba que eran importantes bien porque
el tema es gustado por el jurado EIR, porque eran de pillar, porque cambiaba la
pregunta pero realmente era similar a la de otros exámenes para ver que
contestábamos, etc. Y siempre preguntando quien la había dejado en blanco,
quien había contestado tal respuesta, tal otra… para hacerte cambiar de
opinión, por lo que la clase se hacía muy interactiva. No hablaba ella sola
sino que nos hacía participar. Aquí entran en juego las balas, hamburguesas,
lichis… la primera vez que leí esto pensé que de que árbol se había caído pero
no os imagináis lo divertido que se me hacía J
El día del simulacro presencial, me ponía mi agua, mis
bolis, me guardaba el móvil, sacaba el reloj y ale a realizarlo. Hay gente que
hablaba, que terminaba en 0,2 sg… yo no. Me lo tomaba como ‘’el de verdad’’ (a
Ana no la gustaba que lo llamáramos así porque para ella, estos también eran de
verdad, pero para que me entendáis xD).
Hay muchas maneras de estructurarte el simulacro o el examen
en definitiva. Esto es como en el caso del estudio, cada uno lo hace de una
manera, pero yo os voy a contar como me funcionaba a mí. Me empezaba a leer pregunta
a pregunta y si estaba totalmente segura rodeaba con un circulo la respuesta y
ponía un Tic grande al lado de la preguntaba dando a entender que estaba lista
para pasarla a la hoja de respuestas y eso hacía.
Aquí quiero hacer un inciso. Al principio me faltaba tiempo
por acabar los simulacros, siempre andaba super pillada, hasta que me di cuenta
de que era porque en el primer vistazo no pasaba ninguna respuesta, lo dejaba
para el final. Y claro, llega el final y se te echa el tiempo encima, te pones nerviosa,
empiezas a dudar y termina mal la cosa. De la otra manera, contestando sin
dudar en la hoja de respuestas de las que estamos seguros en la primera lectura,
no os imagináis el tiempo que os podéis ahorrar.
Me gusta seguir un orden en todo, soy perfeccionista pero en
este caso hay ocasiones en las que no lo seguía. En una misma hoja de preguntas
y respuestas lo mismo me daba por contestar dos seguidas que pasar a la
tercera, etc. Lo hacía para no aburrirme. Manías, jeje. Ojo, siempre fijándome
que no me quedaba ninguna por leer en ese primer vistazo.
Cuando no tenía ni pajolera idea de alguna pregunta, en plan
dudando entre 4 o 5, directamente ponía una X grande al lado de la pregunta. Sabía
que no la iba a contestar porque no era una pregunta de adivinar, de sacar,
porque era teoría pura o complicadísima así que no me andaba con películas y
hacia eso. He de deciros que me pasaba con poquitas. Contestar esas os PUEDE
HACER BAJAR PUESTOS.
Y luego están la mayoría de preguntas. Aquellas en las que
dudas entre dos o tres, aquellas que hay que contestar ¡¡¡¡¡SIEMPREEEEE!!!!
Leedme bien atentos. Siempre siempre siempre siempre hay que arriesgar y
contestarlas. Ana nos hizo un día una prueba con preguntas chorras demostrándonos que contestando entre dos
sales ganando. La probabilidad es muy alta. Hay que arriesgar chicos. La primera
vez que me presenté, los últimos diez minutos fueron de cachondeo porque como
lo llevaba mal estudiado, no sabía la técnica tipo test… me dediqué a contestar
por azar o lotería. ESO NO ES. Hay que pensar con lógica. Si te has estudiado
una cosa pero te hacen dudar (ya os daréis cuenta de que os pasa en el examen
en un % muy elevado de las veces) vete a por ella, lúchala. No la dejes porque
no te favorecerá. Os lo juro. Hacedme caso. La gente tiene la impresión de que
si dudas entre dos se contesta siempre la que no es pero eso es porque te fijas
más en los fallos que en los aciertos, vas a ver tu fallo contestando entre dos
y te vas a torturar toda la tarde, diciéndote cosas como que ‘’sabías que era
la otra pero cambiaste la respuesta’’ (esto no se hace) que ‘’la próxima vez la
dejarás en blanco’’… pero las que tengas bien (la mayoría) no vais a hacerlas caso.
Espero que se os quede grabado. Y cuando dudéis, no os quedéis perennes en la
pregunta, pasad, porque si no os pondréis más nerviosos.
Cada año hay más preguntas, aumentan las horas, elevándose
proporcionalmente el cansancio. Hay que ser consciente de esto. Llegará un momento
en el que te preguntes que cuando acaba el dichoso simulacro. No podrás más e
incluso verás borroso. Ahí es cuando hay que hacer un esfuerzo sobreañadido. No
podéis dejaros vencer por el agotamiento porque fallaréis. Y veréis
posteriormente que habéis fallado algunas preguntas por no haberlas leído bien.
Esto tiene que disminuir a medida que pasen los meses. Podéis fallar porque no
la sabéis, porque no os habéis acordado, porque la intuición os ha fallado pero
no por haber leído mal. Eso os hará bajar puestos.
Terminada la primera lectura, la segunda debe y tiene que
ser más fácil y rápida, pero tampoco id con prisa por acabar. Sobra decir que
no vais a volver a leeros todas, sencillamente no da tiempo. Tenéis que ir
exclusivamente a aquellas que habéis dudado. La mayoría, después de haberla
leído dos veces, las tendréis más claras. El resto, las que quedan, deberéis
valorarlas en un último vistazo teniendo en cuenta cuantas habéis dejado sin
contestar. Yo dejaba en los simulacros unas 6 o 7 y en el propio examen 2.
Pensaréis que son pocas pero a mí me iba bien así. Lo mismo tú dejas más y te
va mejor. Nunca se sabe. Aquí el azar juega fuerte también.
Me parecía también muy importante corregir el simulacro en
mi casa. No me refiero a poner las respuestas correctas y ya sino a sentarme
con él delante, con mi tocho de apuntes e ir viendo una por una si la he tenido
bien o mal. Aquella que había fallado y Ana la había ‘’corregido’’ me ponía una
nota en el tema estudiado, en el margen (++ para estudiar) Aquella que no
entendía el porque de una respuesta y no otra, preguntaba en el foro, buscaba
por internet pero NUNCA me quedaba con la duda. Aquella que simplemente había
fallado por un estudio más flojo, pues me daba rabia pero ya sabía que no se me
olvidaría ;-) y no solo esto que os he comentado y que me llevaba alguna
horilla, sino que cada vez que terminaba de estudiar un tema, iba a las
preguntas de dicho tema de cada simulacro y las repasaba. Todo esto me parecía
imprescindible en mi paso por el EIR y es que como os he comentado miles de
veces, ¡no todo es estudiar!
Lo que más me gustaba era introducir los resultados en la
página y ver cómo mes a mes iba mejorando (bueno, miento, de julio a septiembre
me estanqué). Si por lo que sea uno os sale peor no os desaniméis. Valorad todo
lo que lleváis aprendido, la dificultad del simulacro, etc será una piedra en
el camino de vuestro triunfo final.
Y con esto me despido, espero que os haya sido útil. A mí me
gusta compartir con vosotros mi experiencia y aunque esté ya trabajando, no se
me olvidan los muchos meses que he estado estudiando para llegar donde he
llegado, por eso os tengo siempre presentes.
¡Un besazo enorme!